Luiz Inácio Lula da Silva
Sus orígenes, Infancia y juventud
Luz Inácio da Silva nació el 27 de octubre de 1945 en el pequeño pueblo de caetes, en el Estado federado de Pernambuco, en el seno de una familia de labradores, fruto del matrimonio de Arístides Inácio da Silva y Eurídice Ferreira de Melo. El matrimonio tuvo siete hijos; cuatro varones y tres mujeres, siendo el¨, el séptimo. Desde pequeño es conocido por el apodo de Lula, diminutivo de Luis (o Luiz) muy común en Brasil, y que también significa calamar en portugués. Lo agrego oficialmente a su nombre en 1982.
En el año 1952 Lula, su madre y todos sus hermanos viajaron durante trece días en un camión hacia Guaruja, y finalmente en 1956 toda la familia se instaló en So Paulo, la principal ciudad de Brasil. Allí, Lula comenzó trabajando a los doce años como limpiabotas, más tarde consiguió un trabajo como ayudante en una tintorería y también trabajo de vendedor ambulante de tapioca y frutas tropicales.
Trayectoria Laboral, Sindical y Política
En 1972 Lula fue elegido director del Departamento de Protección Social del sindicato, una posición gremial que requirió la interrupción de su trabajo en la cadena de montaje. Respetado y apreciado por sus compañeros por sus esfuerzos para mejorar los salarios, la cobertura social, la preparación profesional y el nivel cultural de los trabajadores metalúrgicos del ABC paulista, en 1975 Lula fue elevado a la presidencia del sindicato con el 92% de los votos y pasó ser la voz y el rostro de casi 100.000 trabajadores. En febrero de 1978 fue reelegido con el 98% de los votos y adoptó una postura de total beligerancia con la dictadura, ahora encabezada por el general Ernesto Geisel. Entonces, el régimen concitaba una avalancha de críticas y un desprestigio sin precedentes por el derrumbe del llamado milagro económico brasileño de finales de los años sesenta y comienzos de los setenta, y ante esta situación, los militares no tuvieron más remedio que emprender una cautelosa liberalización política.
Lula fue el principal promotor de las grandes manifestaciones y paros obreros en São Paulo en exigencia de libertades sindicales y de la readmisión en sus puestos de trabajo de los compañeros despedidos. Para detener este peligroso frente de contestación, en 1979 el Gobierno federal hizo aprobar una ley que prohibía las huelgas en los sectores de la economía declarados esenciales. El 13 de marzo de ese año, en la víspera de la asunción presidencial del general João Baptista Figueiredo, Lula, en su primera acción contestataria que le reportó fama a nivel nacional, desobedeció la interdicción y llamó a la huelga general en el ABC, pasando a entablar un forcejeo con las autoridades que se saldó con un precario acuerdo para el retorno de los huelguistas a las fábricas, aunque el sindicato no se libró de ser intervenido.
Los metalúrgicos de São Bernardo do Campo y Diadema salieron de esta lucha debilitados y con el mal sabor de boca que supuso la aprobación por el Congreso, con los votos del partido de la derecha premilitar Alianza Renovadora Nacional (ARENA) y de algunos diputados del opositor Movimiento Democrático Brasileño (MDB) las dos únicas formaciones legales, que cumplían el simulacro de democracia representativa implantado en 1966, de una normativa lesiva de los derechos de los trabajadores. Fue entonces cuando cuajó una idea ya planteada por Lula a finales de 1978: formar un partido político que velara por los intereses de los trabajadores en las instituciones emanadas del voto popular y que de paso hiciera bandera de la democracia.
Gobiernos
Los 8 años de Lula Da Silva en Brasil
Lula da Silva quiere volver al Gobierno, el expresidente de Brasil entre 2003 y 2010 competirá este domingo en la primera vuelta de las elecciones de su país, en las que se enfrentara al actual presidente Jair Bolsonaro, que busca la reelección.
A los 76 años, lula ha dedicado la mayor parte de su vida a buscar la presidencia. Compitió por primera vez por el Partido de los Trabajadores en el 19989, cuando tenía 45 años, y perdió en segunda vuelta con Fernando Collor de mello. volvió a intentarlo en 1944 y 1998, y perdió en ambas vuelta, con Fernando Henrique Cardoso.
Y en 2002 dejo la presidencia en 2010, y fue sucedido por su protegida Dilma Rousseff, también del PT, tenía un nivel de aprobación del 90%. Pero en los años siguientes el PT entro en crisis; Rousseff fue destituida en 2016 por el Senador de Brasil, y lula fue investigado, imputado y condenado por corrupción en el mercado de la Operación Lava Jato, lo cual le impidió competir en las elecciones de 2018, que Bolsonaro gano.
Ahora que Lula vuelve a la competencia, luego de que la Corte Suprema anulara su condena en 2021, toda la campaña intenta abrevar precisamente en los ocho años en los que fue presidente.
Durante la primera presidencia de Lula, Brasil, un país rico en recursos naturales y tierras agrícolas, que se encuentra además en proceso de industrialización, se benefició de los altos precios de las materias primas y el gobierno no solo evito el default de su deuda sino que administro un crecimiento sin precedentes de PIB, de la mano del apreciamiento del real y el aumento del empleo.
La política económica de Lula para acompañar este crecimiento de las exportaciones fue celebrada en ese momento por los mercados: reducir el gasto, pagar la deuda, achicar la burocracia y favorecer a los emprendedores
Con estas medidas Lula busco hacer crecer el empleo y los ingresos tributarios, al tiempo que aumentaba el gasto social en educación y salud. Así, los 189 millones de brasileños en ese momento (la cifra asciende a 214 millones en la actualidad) contribuirían al crecimiento con su consumo ampliado.
El resultado del auge de las materias primas impactó en las exportaciones: en 2003 Brasil vendía a China bienes por US$ 4.000 millones, y la cifra trepó a US$ 46.000 millones en 2013, según datos del FMI.
Esto, sumado a la política económica del gobierno de Lula, dio resultados notables: el PIB nominal a precios corrientes trepó de US$ 510.000 millones en 2002 a US$ 2.210.000 millones en 2010, de acuerdo con datos del Banco Mundial.
Mientras que el índice GINI, que mide la desigualdad (donde 0 indica igualdad y 1 desigualdad), se encontraba en 0,58 en 2002 y en 0,53 en 2009, y él desempleo había caído de 10,6% en 2002 a 9,4% en 2009.
Los logros económicos, sin embargo, no pudieron mantenerse durante el gobierno de su sucesora Dilma Rousseff a partir de 2011, y Brasil entro en recesión en 2015.
Meses antes de las elecciones de 2002, Lula da Silva, que lideraba en las encuestas, se comprometió a "impedir que nuestra deuda interna aumente y destruya la confianza en la capacidad del Gobierno para cumplir sus compromisos" si resultaba electo. "Somos conscientes de la gravedad de la crisis económica. Para resolverla, el PT está dispuesto a negociar con todos los segmentos de la sociedad y con el gobierno", dijo.
Lula ganó las elecciones en segunda vuelta con el 61,27% de los votos, superando al protegido de Henrique Cardoso, José Serra, que logró el 38,72%, y asumió la presidencia el 1 de enero de 2003. En 2006 ganó la reelección también en segunda vuelta, con el 60,83%.
Durante la primera presidencia de Lula, Brasil, un país rico en recursos naturales y tierras agrícolas, que se encuentra además en proceso de industrialización, se benefició de los altos precios de las materias primas y el gobierno no sólo evitó el default de su deuda sino que administró un crecimiento sin precedentes del PIB, de la mano del apreciamiento del real y el aumento del empleo.
La política económica de Lula para acompañar este crecimiento de las exportaciones fue celebrada en ese momento por los mercados: reducir el gasto, pagar la deuda, achicar la burocracia y favorecer a los emprendedores. Con estos medidas Lula buscó hacer crecer el empleo y los ingresos tributarios, al tiempo que aumentaba el gasto social en educación y salud. Así, los 189 millones de brasileños en ese momento (la cifra asciende a 214 millones en la actualidad) contribuirían al crecimiento con su consumo ampliado.
El resultado del auge de las materias primas impactó en las exportaciones: en 2003 Brasil vendía a China bienes por US$ 4.000 millones, y la cifra trepó a US$ 46.000 millones en 2013, según datos del FMI.
Esto, sumado a la política económica del gobierno de Lula, dio resultados notables: el PIB nominal a precios corrientes trepó de US$ 510.000 millones en 2002 a US$ 2.210.000 millones en 2010, de acuerdo con datos del Banco Mundial.
Mientras que el índice GINI, que mide la desigualdad (donde 0 indica igualdad y 1 desigualdad), se encontraba en 0,58 en 2002 y en 0,53 en 2009, y el desempleo había caído de 10,6% en 2002 a 9,4% en 2009.
Los logros económicos, sin embargo, no pudieron mantenerse durante el gobierno de su sucesora Dilma Rouseff a partir de 2011, y Brasil entró en recesión en 2015.
¿Qué significa para América Latina?
Los giros políticos se han convertido en tendencia en América Latina, especialmente debido al fuerte impacto de la pandemia de covid-19 en los Gobiernos, y en las últimas elecciones en la región ha sido normal que los oficialismos pierdan y la oposición los reemplace en el poder: este año ha habido cambio de Gobierno en Brasil, Colombia y Costa Rica, en 2021 lo mismo ocurrió en Ecuador, Honduras, Perú y Chile, al igual que en 2020 en Bolivia y República Dominicana. Lula da Silva, ex líder sindical y referente del Partido de los Trabajadores (PT), es un ícono de la izquierda y el progresismo en toda la región, y reemplazará precisamente a Bolsonaro, un ex militar y lidera ultraderechista del Partido Liberal. Esto significa un giro notable en un Brasil que, al juzgar por el resultado electoral, está profundamente dividido, y en el que el PT aún sigue dañado por varios casos de corrupción en los últimos años, que llevaron a Lula da Silva a ser condenado a prisión el presidente electo niega haber cometido delitos y luego liberado tras anularse la condena por defectos procesales la justicia ordenó que los juicios reiniciaran.
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